Esta primavera, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles presentó a Ed, una plataforma de aprendizaje con un chatbot muy simpático, representado por un sol sonriente. Ed está siendo probado en 100 escuelas y está disponible las 24 horas del día a través de una web. Puede responder preguntas sobre los cursos, las notas y la asistencia de los estudiantes, y también sugiere actividades opcionales.
El superintendente Alberto M. Carvalho lo ha dejado claro: «La IA ha llegado para quedarse. Si no la dominas, te dominará.» Su objetivo es empoderar a profesores y estudiantes para usar la IA de manera segura, sensibilizando tanto a los alumnos como a los adultos sobre sus beneficios y riesgos. Además de Ed, el distrito ha implementado un curso obligatorio de Ciudadanía Digital en la Era de la IA para estudiantes mayores de 13 años.
Hablando con tres estudiantes de primer grado de la escuela primaria Alta Loma, quedó claro que Ed es un éxito entre los más pequeños, especialmente porque les da estrellas doradas por completar ejercicios. Pero, ¿realmente entienden qué es la IA? Cuando se les preguntó, uno de ellos pensó que era un robot súper inteligente.
Los desafíos y riesgos de la IA para los niños
Aunque empresas como Google, Apple y Meta están integrando modelos de IA en productos cotidianos como Google Search, iOS e Instagram, los más jóvenes están en la primera línea de esta revolución tecnológica. Los Chromebooks utilizados por millones de estudiantes de K-12 en todo el país están recibiendo mejoras con IA, y aplicaciones populares entre los adolescentes, como Snapchat, ofrecen chatbots avanzados.
Sin embargo, no todo es positivo. Los niños no solo descubrirán las ventajas de la IA, sino también sus peores efectos. Mizuko Ito, una investigadora de tecnología y niños de la UC Irvine, explica que los jóvenes tienden a experimentar más con la tecnología, lo que puede conducir a innovaciones culturales, pero también a nuevas formas de malicia. Por ejemplo, la creación de fotos falsas y dañinas mediante IA ya ha causado problemas graves en algunas escuelas.
Otra preocupación es el uso indebido de datos. Los chatbots necesitan grandes cantidades de información para funcionar, y ya ha habido casos de uso de datos de niños sin consentimiento. Además, los chatbots pueden proporcionar información sesgada o incorrecta, y los niños, especialmente los más jóvenes, podrían tener dificultades para distinguir entre lo real y lo generado por IA.
La privacidad es un tema delicado. Empresas como OpenAI, Google y Meta están trabajando en nuevos estándares para evitar daños sexuales a menores, pero aún queda mucho por hacer para garantizar que la IA sea segura para los niños.
En conclusión, mientras los adultos siguen debatiendo y tratando de regular el impacto de la tecnología en los jóvenes, los niños continúan explorando y adaptándose a este nuevo mundo impulsado por la IA. ¿Qué papel jugarán los padres y educadores en esta transformación? La respuesta sigue en desarrollo, pero una cosa es clara: los niños serán tanto los innovadores como las víctimas de esta nueva era digital.