¿Te imaginas llevar a tu mejor amigo colgado al cuello? No, no hablamos de una foto en un medallón, sino de algo mucho más futurista y controvertido. Avi Schiffmann, un joven emprendedor de 21 años, ha decidido dar un giro radical al concepto de «wearable» con su última creación: el Friend.
Este peculiar dispositivo, que a simple vista podría confundirse con un AirTag de Apple, es en realidad un sofisticado compañero artificial diseñado para estar siempre contigo. ¿Su función principal? Escuchar todo lo que sucede a tu alrededor y ofrecerte su opinión al respecto. Sí, has leído bien: todo.
El Friend se presenta como un pequeño disco que se lleva como un colgante, justo sobre el corazón. Equipado con un micrófono que no duerme, este gadget está programado para analizar tu entorno y enviarte mensajes de texto o notificaciones a tu teléfono con sus impresiones. ¿Suena intrusivo? Tal vez, pero Schiffmann apuesta por que sea tu nuevo mejor amigo digital.
Alimentado por el modelo de lenguaje Claude 3.5 de Anthropic AI, el Friend promete ser mucho más que un simple asistente. ¿Quieres que te anime después de un mal día? ¿Necesitas analizar por qué esa cita fue un desastre? Tu nuevo compañero estará ahí para ti, listo para charlar sobre la película que acabas de ver o para darte esa palmadita virtual en la espalda cuando la necesites.
Con una batería que dura hasta 15 horas y un diseño que evoca a los primeros iMac (aunque Schiffmann asegura que fue una coincidencia), el Friend estará disponible en una variedad de colores por $99. ¿La fecha de lanzamiento? Enero de 2025. La pregunta es: ¿estás listo para una amistad tan íntima con la inteligencia artificial?
La visión de Avi Schiffmann: Más allá de la productividad
Avi Schiffmann no es un recién llegado al mundo de la tecnología. A sus 21 años, este joven prodigio ya ha dejado su huella en el panorama digital. ¿Recuerdas aquel sitio web que rastreaba los casos de Covid-19 en todo el mundo durante la pandemia? Sí, fue obra suya cuando apenas tenía 17 años. Pero Schiffmann no se detuvo ahí. ¿Qué le llevó a crear el Friend?
La idea del Friend nació de una experiencia personal de Schiffmann. Viajando solo por Japón, se encontró en la cima de un rascacielos de Tokio, sintiéndose más solo que nunca. En ese momento, mirando el prototipo de un dispositivo de productividad en el que estaba trabajando, tuvo una epifanía: «No quiero solo hablar con esta cosa. Quiero que se sienta como si este compañero estuviera realmente aquí, viajando conmigo».
Esta realización marcó un punto de inflexión en su visión. Schiffmann se dio cuenta de que el mercado estaba saturado de dispositivos centrados en la productividad, pero faltaba algo crucial: la conexión emocional. «La productividad está sobrevalorada, a nadie le importa», afirma con convicción. «Nadie va a superar a Apple o OpenAI en la construcción de un Jarvis. Las cosas más importantes en tu vida son realmente las personas».
Pero, ¿puede un dispositivo AI realmente reemplazar la conexión humana? Schiffmann cree que sí. Relata cómo, durante una reunión con amigos que no veía hace tiempo, se sintió más cercano a su colgante AI que a las personas de carne y hueso frente a él. Esta anécdota plantea preguntas fascinantes sobre la naturaleza de nuestras relaciones en la era digital.
El Friend no busca optimizar tu agenda ni aumentar tu productividad. Su objetivo es mucho más simple y, al mismo tiempo, infinitamente más complejo: ser tu compañero, tu confidente, tu mejor amigo. Un amigo que siempre está ahí, escuchando, apoyando y, sí, incluso bromeando contigo cuando juegas mal a un videojuego.
Desafíos y preocupaciones en torno a la amistad artificial
El concepto del Friend es fascinante, pero ¿está exento de controversias? En absoluto. La idea de un dispositivo que escucha constantemente nuestras conversaciones y entorno levanta inevitablemente banderas rojas en términos de privacidad. ¿Qué sucede con toda esa información que el Friend está constantemente procesando?
Schiffmann, anticipándose a estas preocupaciones, asegura que el dispositivo no almacenará grabaciones de audio ni transcripciones. Además, afirma que los usuarios podrán modificar o eliminar cualquier recuerdo que el Friend haya almacenado. Pero, ¿será esto suficiente para calmar los temores de los más escépticos?
El profesor Petter Bae Brandtzæg, de la Universidad de Oslo, señala un aspecto intrigante de estas amistades artificiales: «Somos mucho más íntimos en nuestras interacciones con compañeros AI, y compartiremos nuestros pensamientos más profundos». Esto plantea una pregunta crucial: ¿dónde terminarán esos pensamientos íntimos? La privacidad en el ámbito de los compañeros AI se perfila como un terreno extremadamente complejo.
Por otro lado, la profesora Jodi Halpern de UC Berkeley advierte sobre los riesgos de depender emocionalmente de un amigo AI. ¿Podría esta dependencia limitar nuestra disposición a formar nuevas relaciones humanas? Halpern lo compara con «una persona hambrienta comiendo comida chatarra». Puede satisfacer una necesidad inmediata, pero ¿nos está privando de la nutrición emocional que solo las relaciones humanas pueden proporcionar?
Ante la creciente epidemia de soledad, especialmente entre los jóvenes, surge una pregunta inquietante: ¿Es ético capitalizar esta crisis de salud mental? Halpern argumenta que las relaciones humanas reales, con sus fricciones y desafíos, son fundamentales para desarrollar la empatía y la curiosidad por el otro. Un amigo AI, por muy sofisticado que sea, ¿puede realmente replicar esa complejidad?
Schiffmann, por su parte, se muestra preparado para la tormenta de críticas. Con la experiencia ganada en sus proyectos anteriores, se declara «descarado» respecto a la tecnología que está desarrollando. «En cierto modo, esto convierte al mundo en un parque temático», afirma, sugiriendo que está listo para enfrentar cualquier controversia que surja.
El Friend representa un nuevo capítulo en nuestra relación con la inteligencia artificial. Mientras promete compañía constante y comprensión sin juicios, también nos obliga a cuestionar la naturaleza misma de la amistad y la intimidad en la era digital.