Google defiende su monopolio argumentando que una división pone en riesgo la seguridad nacional

10 marzo, 2025

La batalla legal de Google en Estados Unidos se intensifica, con la empresa argumentando que una posible ruptura podría comprometer la seguridad del país.

La disputa legal que enfrenta a Google con el gobierno de Estados Unidos ha tomado un nuevo giro. En un contexto donde un juez ya había catalogado a la compañía como un monopolio que infringe las leyes de competencia, se ha intensificado el debate sobre su posible separación. A medida que avanza el caso antimonopolio, Google se aferra a un argumento inesperado: dividir la empresa podría amenazar la seguridad nacional.

Representantes de Google han mantenido encuentros con miembros de la nueva administración de justicia estadounidense, que se encuentra bajo el liderazgo de Donald Trump. En estas reuniones, Google ha expresado su preocupación de que una ruptura de su negocio, especialmente del navegador Chrome, podría afectar no solo a la compañía, sino también a la seguridad de los usuarios. Chrome, que domina el mercado estadounidense, es considerado un componente vital para la navegación y el acceso a la información.

La inversión en inteligencia artificial bajo la lupa

Curiosamente, la inteligencia artificial ha cobrado protagonismo en esta batalla legal. Un juez mencionó en noviembre que la IA podría revolucionar el mercado de motores de búsqueda, lo que ha llevado a que se programen nuevas audiencias para discutir su impacto. Google ha argumentado que la IA ya ha comenzado a fomentar una mayor competencia, y que cualquier medida que limite su capacidad para innovar podría perjudicar a los consumidores y socavar la posición de Estados Unidos como líder tecnológico global.

La empresa sostiene que la propuesta de separación que se discute en los tribunales no solo podría frenar sus esfuerzos en IA, sino que también podría forzar a Google a compartir información sobre las búsquedas de sus usuarios con competidores, tanto locales como extranjeros. Esta dinámica, según Google, podría poner en riesgo la privacidad de los usuarios y la competitividad del sector tecnológico estadounidense en el ámbito internacional.

A medida que el caso avanza, la administración de justicia ha adoptado una postura más crítica hacia las grandes tecnológicas, tomando como referencia regulaciones como el Digital Markets Act de la Unión Europea, diseñado para garantizar el respeto a la competencia y la protección de datos. Sin embargo, Google se muestra escéptico frente a estas regulaciones, argumentando que pueden perjudicar su capacidad de operación y su liderazgo en el desarrollo tecnológico.

En este contexto, el futuro de Google pende de un hilo. Las decisiones que se tomen en los próximos meses no solo afectarán a la compañía misma, sino que también podrían redefinir el paisaje tecnológico estadounidense y su posición en el escenario global.

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