Las empresas están en constante búsqueda de los mejores talentos. Google, conocido por su innovadora división DeepMind, ha tomado un camino poco común: prefiere pagar a sus ingenieros para que permanezcan inactivos durante un año que verlos unirse a la competencia.
En la actualidad, la demanda de expertos en IA es tan alta que las grandes corporaciones tecnológicas están dispuestas a invertir grandes sumas para asegurar su talento. En este contexto, Google ha implementado medidas de retención que han generado controversia, pero que buscan mantener su posición de liderazgo en el sector.
Restricciones contractuales que generan frustración
Según un informe de Business Insider, Google DeepMind ha impuesto a ciertos empleados en el Reino Unido cláusulas de no competencia que se consideran «agresivas». Estas disposiciones impiden que los ingenieros puedan trabajar para empresas rivales durante un periodo que puede extenderse hasta 12 meses tras su salida.
Lo llamativo de esta estrategia es que Google sigue pagando a estos empleados durante su inactividad forzada. Aunque podría parecer un beneficio, para muchos investigadores y desarrolladores, estar alejados de la innovación durante un año puede ser un gran obstáculo en su carrera profesional. En un sector donde la velocidad de los avances es crucial, perder un año puede ser un golpe devastador.
La política de Google se lleva a cabo en un entorno de competencia feroz, especialmente con empresas como Microsoft y OpenAI, que han intensificado sus esfuerzos por captar a los talentos de DeepMind en el Reino Unido.
Las tensiones en el ecosistema de la IA
Recientemente, el vicepresidente de IA de Microsoft reveló en la plataforma X que ha recibido mensajes de empleados de DeepMind que se sienten atrapados por las restricciones impuestas por sus contratos. Estas interacciones ponen de relieve las tensiones personales y profesionales que surgen de estas prácticas restrictivas. Google, al ser cuestionado sobre el tema, admitió que aplica estas cláusulas de manera «selectiva«, aunque no detalló los criterios que utilizan, lo que genera dudas sobre la transparencia de sus decisiones.
Esta política de retención en el Reino Unido contrasta con la reciente evolución del marco normativo en Estados Unidos, donde la Comisión Federal de Comercio (FTC) prohibió la mayoría de los acuerdos de no competencia el año pasado, afectando a alrededor de 30 millones de trabajadores. Sin embargo, estas regulaciones no impactan la situación de DeepMind en Londres, donde tales acuerdos siguen siendo legales. En cambio, California ha prohibido estas cláusulas desde hace tiempo, lo que ha contribuido a un ecosistema de innovación más dinámico.