Una propuesta legislativa bipartidista está a punto de transformar radicalmente la Sección 230, una de las leyes más importantes que respaldan la operación de las plataformas digitales en Estados Unidos. Este cambio, impulsado por el senador demócrata Dick Durbin y el republicano Lindsey Graham, establece que la Sección 230 del Communications Decency Act podría expirar el 1 de enero de 2027.
Este proyecto ha conseguido un notable apoyo de ambos lados del espectro político. Senadores republicanos como Josh Hawley y Marsha Blackburn, junto con demócratas como Sheldon Whitehouse y Amy Klobuchar, se han sumado como copatrocinadores. Además, otros dos senadores demócratas están considerando unirse a la iniciativa.
El impulso del proyecto se ve también reforzado por el expresidente Trump, quien ha estado presionando por la eliminación de la Sección 230. El nuevo presidente de la FCC, Brendan Carr, ha señalado que el organismo podría reinterpretar la ley.
La caducidad como herramienta de negociación
En lugar de eliminar la ley de forma directa, los creadores de la iniciativa tienen un enfoque diferente. Un asistente del Congreso familiarizado con el desarrollo de la ley indicó que la amenaza de caducidad busca llevar a las empresas tecnológicas a la mesa de negociación para discutir nuevas regulaciones.
Los demócratas requieren que las plataformas adopten una postura más firme en la moderación de contenido, mientras que los republicanos consideran que la Sección 230 permite la censura política y buscan limitar los poderes de moderación de las plataformas. Este choque de visiones ha sorprendentemente unido a ambos partidos detrás del proyecto.
Sin embargo, los críticos argumentan que esta estrategia equivale a coerción. Eric Goldman, profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad de Santa Clara, advierte que sin la protección de la Sección 230, las plataformas tendrían que enfrentarse a una opción insostenible: preseleccionar cada publicación de los usuarios o eliminar por completo la moderación.
Adam Kovacevich, del grupo de presión Chamber of Progress, describe esta situación de manera más gráfica, sugiriendo que las plataformas sin la Sección 230 se convertirían en un “Disneyland” altamente censurado o en un descontrolado “4chan-like wasteland”.
La repercusión inmediata de esta legislación en los servicios de IA, como ChatGPT, aún no está clara. A pesar de las numerosas demandas contra empresas como OpenAI, los tribunales no han establecido de manera definitiva si los contenidos generados por IA están protegidos por la Sección 230. Los expertos consideran que esto es poco probable, ya que el contenido generado, aunque provocado por solicitudes de los usuarios, no es exclusivamente creado por ellos.