En un giro inesperado, Apple se encuentra lidiando con una serie de contratiempos en su ambicioso proyecto de inteligencia artificial, que incluye la renovación de Siri para competir con gigantes como ChatGPT. La compañía, que inicialmente había planeado lanzar nuevas características para 2026, ha tenido que postergar el proyecto debido a problemas técnicos y luchas de poder internas.
Los informes de The New York Times y The Information revelan que la situación se ha tornado compleja, con un equipo directivo dividido y enfrentando dificultades para cumplir con sus metas de innovación. El rediseño de Siri se enmarca dentro de la iniciativa Apple Intelligence, que se anunció para verano de 2024, pero las expectativas no se han materializado como se esperaba.
Desafíos técnicos y decisiones cuestionables
El plan original para Siri contemplaba el uso de dos modelos: uno pequeño para el dispositivo y otro más potente basado en la nube. Sin embargo, se tomó la decisión de utilizar un solo modelo en la nube, lo que va en contra de la estrategia previa de Apple de priorizar el procesamiento local por razones de privacidad.
A esto se suman serias limitaciones en el desarrollo de la inteligencia artificial. Según The New York Times, los centros de datos de Apple cuentan con unos 50.000 GPUs obsoletos, una cifra muy inferior a los cientos de miles que emplean competidores como Google y Microsoft. A pesar de la solicitud de más presupuesto para nuevos chips, solo se aprobó una parte, lo que obligó a los desarrolladores a depender del hardware de Google.
Conflictos internos y pérdida de talento
La tensión ha alcanzado su punto máximo durante el proyecto “Link”, destinado al control por voz en los visores Vision Pro. Durante este proceso, algunos miembros del equipo se mostraron frustrados con la dirección de Robby Walker, quien fue visto como reacio a asumir riesgos. Esta situación refleja un clima de trabajo complicado dentro de Apple, donde las diferencias en los estilos de gestión entre los equipos de software y de inteligencia artificial han contribuido a un ambiente de creciente disfunción.
Además, la compañía ha sufrido la salida de figuras clave, como Jony Ive y Dan Riccio, lo que ha impactado su capacidad de innovación. Mientras que nuevos líderes como John Giannandrea aportan experiencia técnica, carecen de la trayectoria necesaria para lanzar productos listos para el mercado.
Nueva dirección con resultados inciertos
En un intento por revertir la situación, Craig Federighi, el jefe de software, ha dado luz verde al uso de modelos de código abierto en Siri, siempre que estos superen las soluciones internas de Apple. Este cambio de estrategia representa un giro significativo, ya que hasta 2023, el uso de modelos externos estaba prohibido en los productos de la compañía.
A pesar de los desafíos, algunos empleados ven en Federighi y Mike Rockwell, quien anteriormente lideró el desarrollo del visor Vision Pro, a posibles agentes de cambio. Ambos son conocidos por su enfoque práctico y su capacidad técnica, aunque el éxito en sus nuevas funciones sigue siendo incierto.