Las universidades y centros de investigación en Alemania están poniendo toda la carne en el asador en dos áreas candentes: la inteligencia artificial y la ciberseguridad. Así lo revela una reciente encuesta realizada por los Centros de Comunicación e Información en la Educación y la Investigación (ZKI).
Pero, ¿por qué esta tendencia? Resulta que las instituciones están destinando una buena parte de su presupuesto a herramientas comerciales de IA, y esto no es solo un capricho. La seguridad informática se ha vuelto esencial y no solo por el miedo a los hackers, sino también por las exigencias legales que cada vez son más estrictas. Otros temas que también están en la lista son el cloud computing, la escasez de personal calificado y la digitalización.
Inversiones que marcan la pauta
Si hablamos de números, un 23% de los encuestados afirmaron que han incrementado sus gastos en ciberseguridad, un campo que abarca desde la gestión de amenazas hasta centros de operaciones de seguridad y cumplimiento normativo. Por otra parte, un 13% ha puesto más dinero en inteligencia artificial y procesamiento de datos, mientras que un 12% se ha enfocado en la nube y la infraestructura.
¿Sabías que las universidades más pequeñas, aquellas con menos de 5.000 estudiantes, tienden a concentrarse más en la seguridad informática? En cambio, las que tienen hasta 30.000 estudiantes están más en la onda de la IA y los servicios en la nube. Las universidades más grandes, por su parte, están poniendo sus esfuerzos en proyectos de soberanía digital.
Y no solo es cuestión de inversión, también hay una fuerte presión legal. Aproximadamente un 14% de los encuestados mencionan la importancia de las regulaciones, como la directiva NIS2, que exige formación para los líderes en ciberseguridad. Además, un 11% de los participantes se refirió a la legislación en torno a la protección de datos, incluyendo la famosa GDPR y el nuevo marco europeo de IA.
La IA comercial se lleva el protagonismo
En el ámbito de la inteligencia artificial, las aplicaciones comerciales como ChatGPT están ganando terreno. Casi el 25% de las instituciones las utilizan.
Por otro lado, herramientas institucionales como HAWKI o bwGPT son menos comunes, usadas solo por un 10%. Y si hablamos de alternativas de código abierto, como Mistral, apenas llegan al 7%.
Las universidades más pequeñas son las que más se decantan por estas aplicaciones comerciales, ya que muchas no cuentan con su propia infraestructura de IA. A medida que la matrícula estudiantil aumenta, también lo hace el uso de aplicaciones institucionales y herramientas propias, aunque en las grandes universidades, con más de 30.000 estudiantes, el uso de modelos de lenguaje de código abierto se vuelve la norma.
¿Y qué hay de las infraestructuras de IA? Actualmente, alrededor de un 20% de las instituciones están en proceso de construirlas, incluyendo modelos de lenguaje locales, servicios en la nube y clústeres de GPU. Un 11% se centra en chatbots para asistir en tareas como la orientación académica y el soporte técnico. Además, cerca del 10% de las universidades están explorando el empleo de herramientas de IA en aplicaciones colaborativas, como Microsoft Copilot.
El proyecto manda en la digitalización
La digitalización en las universidades no es cosa de un solo departamento. En las más pequeñas, los proyectos suelen surgir de las facultades, mientras que en las grandes, las decisiones se toman a nivel central por oficinas específicas. La coordinación y el manejo de proyectos se identifican como factores clave para el éxito en la digitalización, con un 20% de los encuestados destacando su importancia.
Un 11% menciona que problemas en la gestión de proyectos han llevado al fracaso de algunas iniciativas digitales. Por ello, es crucial tener una estructura clara y objetivos bien definidos. La falta de recursos también es un factor que puede hacer que los proyectos se descarrilen, algo que el 14% de los encuestados considera esencial para el éxito.
En total, el ZKI cuenta con aproximadamente 250 miembros, principalmente instituciones de investigación y educación que operan sus propios centros de datos. Para su estudio, los autores encuestaron a cerca de 350 líderes de TI en universidades y centros de investigación de la región DACH y Francia.