La empresa, liderada por Sam Altman, ha manifestado su preocupación ante el rápido avance de las IA chinas, que han demostrado ser competidores formidables. Pero en lugar de rendirse, OpenAI ha decidido adoptar una estrategia audaz: solicitar a las autoridades estadounidenses una exención de las leyes de derechos de autor.
El detonante de esta propuesta fue la llegada de DeepSeek, una startup china que ha revolucionado el escenario de la IA. Al principio, OpenAI recibió con entusiasmo la aparición de este nuevo jugador, pero pronto lanzó acusaciones de que DeepSeek había utilizado datos robados para su desarrollo. Ante esta situación, la compañía de Altman ha optado por una jugada arriesgada que podría cambiar las reglas del juego.
Un giro en la regulación de la propiedad intelectual
La propuesta de OpenAI es clara: busca que las empresas estadounidenses, incluyéndola a ella misma, no tengan que cumplir con las más de 781 regulaciones estatales sobre inteligencia artificial. Esta medida, que podría ser vista como una forma de legalizar el uso de datos sin permiso, se justifica según OpenAI con la necesidad de competir en igualdad de condiciones con las empresas chinas.
Según sus argumentos, «la República Popular de China probablemente no se adhiera a los regímenes de propiedad intelectual de otros países para entrenar sus sistemas de IA». Esto crea un desbalance competitivo, donde las empresas estadounidenses están en desventaja.
De hecho, OpenAI sostiene que la falta de protección para los creadores de contenido original pone en riesgo la innovación y el desarrollo tecnológico en Estados Unidos.
Impacto potencial en el ámbito global
La propuesta de OpenAI no se limita a las fronteras de Estados Unidos. La empresa también sugiere que el gobierno estadounidense presione a otras regiones, incluida la Unión Europea, para que flexibilicen sus leyes de propiedad intelectual en el mismo sentido. Esto plantea interrogantes sobre cómo se vería afectada la creatividad y el respeto a los derechos de autor a nivel global.
OpenAI también ha manifestado su deseo de limitar el acceso a chatbots respaldados por el gobierno chino, como DeepSeek, comparando su influencia con la de gigantes tecnológicos como Huawei. Esta medida podría ser solo el principio de una transformación en la forma en que se regula la competencia en el ámbito de la inteligencia artificial.