Elon Musk, uno de los personajes más polémicos del mundo tecnológico, ha decidido volver a la carga. En un movimiento que podría sacudir el panorama de la inteligencia artificial, el líder de Tesla y SpaceX ha ofrecido nada menos que 97.400 millones de dólares para hacerse con OpenAI, la compañía detrás del famoso ChatGPT. Pero, ¿qué pasó después? La respuesta llegó rápida y furiosa.
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, no se cortó un pelo al rechazar la oferta a través de la red social X (anteriormente Twitter). Con un tono que mezcla el sarcasmo y la firmeza, Altman publicó: «No, gracias, pero si quieres, podemos hablar de comprar Twitter por 9.740 millones». Ouch, así no se juega, Musk.
El conflicto entre Musk y OpenAI
Este no es un tema nuevo. Musk, que fue cofundador de OpenAI en 2015, ha tenido su dosis de drama con la empresa desde que se retiró en 2018. Desde entonces, su relación con Altman se ha tornado cada vez más tensa, con múltiples demandas cruzadas que parecen no tener fin. Musk, en un claro intento de recuperar terreno, lanzó en 2023 su propia compañía de IA, xAI, sumando leña al fuego de su rivalidad.
Pero eso no es todo. En un giro inesperado, el presidente estadounidense Donald Trump, quien cuenta con Musk como uno de sus aliados más cercanos, anunció en enero un enorme proyecto de inversión en infraestructura de IA. Este ambicioso plan, respaldado por gigantes como Softbank y Oracle, promete inyectar 500.000 millones de dólares en el sector. Sin embargo, Musk mostró escepticismo, planteando una rara discrepancia entre ellos.
Con esta oferta y el rechazo posterior, la tensión entre Musk y OpenAI parece estar lejos de resolverse. ¿Qué pasará con el futuro de la inteligencia artificial y esta particular guerra de titanes? Solo el tiempo lo dirá.