El medio británico The Telegraph nos sorprende con una noticia que parece sacada de una novela de ciencia ficción. Según un artículo publicado recientemente, la película The Last Screenwriter ha generado una gran controversia en la industria del cine. ¿El motivo? El guion fue escrito completamente por una inteligencia artificial, más específicamente por ChatGPT. ¿Suena increíble, verdad?
Esta película, que promete no ganar ningún Oscar según The Telegraph, ha causado revuelo incluso antes de su estreno. El evento de presentación, que estaba programado para llevarse a cabo en el Prince Charles Cinema de Londres, fue cancelado después de recibir alrededor de 160 quejas para sorpresa de nadie. Los seguidores del cineasta y del cine en general se lanzaron a las redes sociales para expresar su descontento. Algunos comentarios acusaban al proyecto de «socavar el proceso creativo» y otros directamente de «plagio». La que has liao pollito… Veamos el trailer:
No es de extrañar que la comunidad cinematográfica esté en pie de guerra. Después de todo, el año pasado, Hollywood vivió intensas huelgas debido a la amenaza percibida de que las productoras adoptaran tecnologías que podrían desplazar a actores y guionistas humanos. Y aquí estamos, con una película escrita por una máquina. ¿Acaso estamos viendo el futuro del cine o solo una moda pasajera?
La controversia no se limita a los guionistas. Otros sectores de la industria, como el doblaje y la subtitulación, también sienten la presión. Con avances en IA que permiten cambiar diálogos originales a cualquier idioma y ajustar los movimientos de la boca, muchos profesionales temen por sus empleos. Como vemos, The Last Screenwriter no es solo una película, es el epicentro de un debate que está sacudiendo a Hollywood.
El proceso de creación de The Last Screenwriter
Según el artículo, el origen de The Last Screenwriter es tan intrigante como controvertida. El director suizo Peter Luisi, conocido por su habilidad con los guiones, decidió poner a prueba las capacidades de la inteligencia artificial. A través de una sencilla solicitud de 17 palabras en ChatGPT, comenzó la creación de lo que sería un guion de 61 páginas. Sorprendentemente, este proceso tomó solo cuatro días.
Luisi no se quedó de brazos cruzados mientras la IA hacía su magia. Supervisó cada paso del desarrollo, pidiendo a ChatGPT que desarrollara personajes, ampliara la trama y escribiera las escenas. Aunque encontró problemas, como personajes que cambiaban de sexo de manera aleatoria y motivaciones poco claras, se obligó a trabajar con lo que la IA le proporcionaba, haciendo solo cortes mínimos para ajustar la duración.
Este experimento no fue un capricho barato. Luisi recibió una subvención de £750,000 del gobierno suizo, que utilizó íntegramente en The Last Screenwriter. Sin embargo, encontrar financiamiento adicional resultó ser un desafío insuperable. Al parecer, la mención de que el guion había sido escrito por una IA espantó a posibles inversores. ¿Quién iba a pensar que una computadora podría generar tanto miedo y rechazo?
Lo que más destaca de este proceso es la intención de Luisi de probar los límites de la tecnología y examinar lo que se pierde sin el toque humano. Según comenta en su entrevista con The Telegraph, el objetivo era ver cuán cerca podía llegar una película «sintética» a ser una «real». Y la respuesta es, en palabras del director, «en algunos aspectos, muy cerca; en otros, no tanto». A pesar de sus imperfecciones, la película ofrece momentos que sorprenden, con referencias literarias y detalles de guion que desafían las expectativas.
¿Es la inteligencia artificial una amenaza para los guionistas?
¿Están los guionistas en peligro de ser reemplazados por inteligencias artificiales? La película de Luisi pone este tema en el centro del debate. En un pasaje notable del guion, el personaje principal, Jack, discute con la IA sobre la creatividad. La IA se defiende diciendo que «incluso la creatividad humana no nace en un vacío», argumentando que los humanos también se inspiran en obras y experiencias previas.
Esta defensa, aunque provocativa, no ha calmado los ánimos. La comunidad artística teme que aceptar proyectos como The Last Screenwriter podría abrir las puertas a un futuro donde los escritores humanos sean desplazados. ¿Es esta una preocupación válida o solo miedo al cambio?
El uso de IA en otras áreas del cine también ha sido recibido con críticas. The Telegraph menciona el caso de la campaña de pósters de Civil War, la última película de Alex Garland, que utilizó IA para generar imágenes inquietantes. Esta decisión enfureció a muchos, quienes vieron en ella un robo de oportunidades para diseñadores humanos.
Por otro lado, la IA también promete ventajas innegables, como la capacidad de traducir diálogos y ajustar movimientos de labios, lo que podría ahorrar millones en costos de producción. Pero, ¿a qué precio? La adopción de estas tecnologías plantea dilemas éticos y laborales que la industria aún no ha resuelto.
La decisión de cancelar la proyección en el Prince Charles Cinema debido a la reacción pública destaca la polarización del tema. El propio Luisi reconoce que la tecnología está aquí para quedarse, nos guste o no. Y nos desafía a enfrentar esta realidad y decidir cómo queremos que se integre en nuestras vidas y en nuestras historias.