Leyendo un artículo de TechCrunch, nos encontramos con un estudio sobre el impacto de la IA en la creatividad. Según el artículo, un grupo de investigadores de University College London y la Universidad de Exeter decidieron poner a prueba la teoría de que la inteligencia artificial puede ser una aliada en tareas creativas. La idea era simple: ¿podría la IA, específicamente los modelos de lenguaje como GPT-4, ayudar a las personas a ser más creativas?
El estudio tenía un enfoque bastante interesante. Pidieron a cientos de personas que escribieran historias muy cortas, de solo ocho frases, sobre cualquier tema que desearan. Pero había un truco: algunos participantes podían pedirle a GPT-4 que les diera ideas para sus historias, mientras que otros no tenían esta opción. Los resultados fueron, por decirlo de alguna manera, mixtos.
Para aquellos menos dotados en creatividad, la IA fue un regalo del cielo. Sus historias fueron consideradas más originales y disfrutables cuando recibieron sugerencias de la IA. Es como si esos pequeños empujones fueran exactamente lo que necesitaban para desatar su potencial oculto. Pero, aquí viene la paradoja, aquellos que ya eran considerados creativos no obtuvieron los mismos beneficios. De hecho, en algunos casos, sus historias fueron percibidas como menos creativas cuando usaron la IA.
Esto nos lleva a una pregunta intrigante: ¿Por qué la IA, que parece tan prometedora para ayudar a la creatividad, en realidad puede acabar disminuyéndola en ciertos casos? Los investigadores especulan que podría ser porque los escritores naturalmente creativos tienen un proceso mental propio que se ve interrumpido por las sugerencias de la IA. Como dijo uno de los autores, Oliver Hauser, «Capturar algo tan rico y complejo como la creatividad con cualquier medida parece lleno de complicaciones».
Creatividad individual frente a colectiva: los resultados del estudio
En su análisis detallado, los investigadores Anil Doshi y Oliver Hauser no solo se conformaron con evaluar las historias por su creatividad individual. También quisieron entender cómo el uso de la IA afectaba a la creatividad de grupo en su totalidad. Lo que encontraron fue bastante revelador.
Los participantes menos creativos, aquellos que luchaban con la generación de ideas originales, se beneficiaron enormemente de las sugerencias proporcionadas por GPT-4. Sus historias no solo mejoraron en calidad, sino que también fueron percibidas como más novedosas y emocionantes. Este grupo de escritores, al recibir hasta cinco ideas generadas por la IA, pudieron crear relatos que destacaban mucho más que los creados sin ayuda alguna. Es como si la IA les diera el pequeño empujón necesario para desbloquear su creatividad.
Por otro lado, los escritores más creativos no experimentaron este mismo impulso. De hecho, el estudio encontró que la calidad de sus historias se mantuvo igual o incluso disminuyó ligeramente al utilizar las sugerencias de la IA. Parece que, para estos escritores, las ideas generadas por la IA no aportaban nada nuevo ni estimulante, y quizás incluso interrumpían su proceso creativo natural.
Pero aquí está el detalle más preocupante: la creatividad colectiva se vio afectada negativamente. Cuando los investigadores analizaron todas las historias juntas, descubrieron que aquellas inspiradas por la IA eran más similares entre sí. En otras palabras, la diversidad de las historias disminuyó. La IA, aunque útil para mejorar la creatividad individual de algunos, llevó a una homogeneización de los relatos cuando se consideraban en conjunto.
Reflexiones y futuros caminos para la investigación en IA y creatividad
El estudio publicado en Science Advances deja claro que la implementación de la IA en tareas creativas es un arma de doble filo. Por un lado, puede ser una herramienta poderosa para aquellos que necesitan un impulso en su creatividad. Pero por otro, podría estar limitando la diversidad y originalidad cuando se usa de manera generalizada.
Este fenómeno de «achatamiento» de la creatividad es algo que preocupa a los investigadores. Hauser y Doshi advierten que, si bien la IA puede mejorar la calidad individual de las obras, su uso excesivo podría llevar a una uniformidad indeseada en el ámbito creativo. Esto es algo que ya hemos empezado a ver en otras áreas, como el arte visual y el contenido web, donde las creaciones asistidas por IA a menudo carecen de la chispa única de la originalidad humana.
Los autores del estudio sugieren que es esencial seguir investigando y evaluando cómo la IA afecta la creatividad en diferentes contextos. «Hay un gran potencial y, sin duda, mucho bombo alrededor de esta tecnología», comenta Hauser, «pero es importante que evaluemos rigurosamente sus impactos antes de adoptarla ampliamente con la suposición de que tendrá resultados positivos».
Este estudio pionero nos da una visión temprana pero crítica de cómo la IA podría moldear el futuro de la creatividad humana. No solo se trata de lo que la IA puede hacer por nosotros, sino de cómo podemos asegurarnos de que su uso fomente, en lugar de restringir, la rica diversidad de ideas que hace que el arte, la escritura y otras formas creativas sean tan valiosas.