Kranj, Eslovenia – En un momento crucial para la tecnología y la sociedad, el II Foro Global sobre la Ética de la Inteligencia Artificial (IA), organizado por la UNESCO en Eslovenia, se convierte en el epicentro de una discusión trascendental: la urgente necesidad de diseñar sistemas de IA éticos desde su origen para evitar la profundización de las brechas de género y la discriminación.
Expertas en la materia, reunidas en este foro, han hecho un llamado a la acción, subrayando la importancia de entrenar los sistemas de IA con datos que representen de manera justa y equitativa a las mujeres.
Elena Estavillo, directora del Centro i para la Sociedad del Futuro y asesora del consejo de la UNESCO, destacó que sin un diseño inclusivo y políticas claras desde el principio, los prejuicios de género en la tecnología no solo persistirán, sino que se intensificarán. Este enfoque no solo es crucial para la representación equitativa de las mujeres en los roles de toma de decisiones importantes dentro del ámbito tecnológico, donde actualmente no superan el 20%, sino también para asegurar que los sistemas de IA sean entrenados sin sesgos, evitando así la reproducción de inercias discriminatorias.
Un caso emblemático de esta problemática fue el sistema de selección de personal utilizado por Amazon, que excluyó a mujeres para empleos en ingeniería basándose en datos históricos que mostraban una preferencia por hombres en dichos puestos. Este ejemplo ilustra cómo los sistemas de IA, al aprender de bases de datos sesgadas, pueden perpetuar y ampliar las desigualdades existentes.
Por otro lado, Constanza Gómez, fundadora de ‘IA for Climate’ y miembro del consejo asesor de la UNESCO, ilustra una perspectiva esperanzadora, demostrando cómo la IA puede ser una herramienta poderosa para enfrentar desafíos globales, como la crisis ambiental. Su organización ha implementado tecnología de IA para mejorar la conservación de la biodiversidad en Yucatán, México, evidenciando el potencial de la IA para contribuir positivamente a la sociedad cuando se diseña con un enfoque ético y responsable.
Las expertas coinciden en que es imperativo colaborar a nivel de gobiernos, academia, empresas y organizaciones ciudadanas para fomentar prácticas éticas en el desarrollo de algoritmos. Este esfuerzo conjunto no solo permitirá que la IA sea una fuerza para el bien, cerrando brechas en lugar de amplificarlas, sino que también abordará los problemas culturales subyacentes, como los estereotipos y la falta de participación femenina en la tecnología.
Este llamado a la acción resuena con urgencia, recordándonos que la tecnología, en su núcleo, debe ser un reflejo de los valores éticos de la sociedad y trabajar activamente para promover la igualdad de género y la inclusión en todas sus formas.