El gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha una estrategia más agresiva para bloquear el contrabando de chips de Nvidia hacia China, utilizando a Malasia como punto crítico en esta operación. A pesar de las restricciones de exportación ya impuestas, se sospecha que estos semiconductores avanzados siguen cruzando fronteras. En este contexto, el Ministro de Comercio de Malasia, Zafrul Aziz, reveló a Financial Times que las autoridades estadounidenses están exigiendo un monitoreo más riguroso de todos los envíos de chips Nvidia de alta gama que llegan al país.
La respuesta de Malasia no se ha hecho esperar, ya que el país está formando un grupo de trabajo enfocado en endurecer las regulaciones en torno a su floreciente industria de centros de datos. En los últimos 18 meses, Malasia se ha convertido en uno de los mercados de centros de datos de más rápido crecimiento, atrayendo más de 25 mil millones de dólares en inversiones. Este auge ha llamado la atención de los reguladores estadounidenses, quienes temen que se estén eludiendo las restricciones de exportación.
La preocupación no es infundada. Recientemente, las autoridades de Singapur arrestaron a nueve personas involucradas en la venta fraudulenta de servidores equipados con chips de Nvidia, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema.
Nuevas restricciones de exportación de chips de inteligencia artificial
En el marco de esta situación, el gobierno estadounidense ha implementado un sistema de licencias de tres niveles para las exportaciones de chips de inteligencia artificial, diseñado para limitar el acceso de China a estos componentes vitales. Este nuevo enfoque ofrece un trato preferencial a 18 aliados cercanos, como Alemania y Japón, mientras que impone estrictos límites en la cantidad de chips que pueden exportarse a aproximadamente 120 países. Para China, la prohibición es total, al igual que para otras naciones como Rusia, Irán y Corea del Norte.
Además, se están considerando medidas adicionales que podrían restringir aún más la capacidad de mantenimiento de empresas como Tokyo Electron y ASML en fábricas chinas. Las sanciones se están endureciendo contra compañías como ChangXin Memory Technologies y SMIC, lo que refleja la postura firme de Estados Unidos en este asunto.
Para proveedores de la nube como Microsoft, Google y Amazon, se han establecido regulaciones especiales que limitan su capacidad de computación de inteligencia artificial fuera de EE. UU. al 50% de su capacidad total. En países que no son los más cercanos aliados, solo se permite el 7% de capacidad por país, aunque las empresas pueden solicitar permisos especiales para aumentar este límite.
Por su parte, Nvidia ha expresado su descontento con estas medidas, calificándolas de «intervención de gran alcance» y advirtiendo que podrían poner en riesgo la posición de Estados Unidos como líder en el desarrollo de inteligencia artificial.

